Cuando las cosas van mal, la gente se preocupa. Cuando las cosas van peor, la gente corre y grita histérica. Y cuando las cosas van todavía peor, a la gente empieza a darle la risa.
Este comportamiento, tiene un sentido de fondo. Es cuando ya sienten que todo se va al garete, que es imposible cumplir los objetivos y comienzan un proceso de desentenderse del problema. El problema en su mente empieza a ser de otros y no de ellos, así que empieza a darles risa.
Esto que he descrito es muy habitual cuando las cosas van realmente mal. Así que en el momento en el que detectamos la risa en nuestro equipo, o incluso en nosotros mismos, es el momento de entrar en acción y empezar como volver a involucrar al equipo o a nosotros mismos en el problema, dando el máximo.
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